En la 4T no se miden con los escándalos y se dan con todo. Son la comidilla política
-“Balazos, no abrazos” en la familia del gobernador de Chiapas
-La secretaria de la Función Pública colecciona residencias y le preguntan ¿quién pompó?
Mérida, Yucatán, 1 de julio de 2020.- Llegamos a un nuevo mes con chismes para dar y regalar, sobre todo entre los miembros de la cada vez más desprestigiada 4T que nos han sorprendido con riñas conyugales y coleccionistas de casas.
Y el primer escándalo es la revolcadas, la que le pusieron en la víspera del Día del Padre a Juan Carlos Armendariz, esposo de María Escandón, hija del gobernador de Chiapas, el morenista Rutilio Escandón, quien fue atacado a balazos por un escolta de su cónyuge, sólo porque se quería acercar a saludar a su hijo.
El yerno del gobernador acusó a su mujer de que desde hace tres meses no le deja ver a su hijo y cuando quiso acercarse a la camioneta en la que viajaban, primero el escolta se le fue encima con el vehículo, pero como vio que se levantó, pues sacó su pistola y le dio un balazo en la rodilla. Parece que para estos de la 4T eso de “abrazos no balazos” no les incluye, sólo abrazan a los narcos y a sus “mamases” de ellos.
Pero ya el colmo fue el caso de la actual secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, y su esposo, el investigador John Ackerman, quienes con sus ahorritos se compraron de contado cinco propiedades cuyo valor es de hasta 60 millones de pesos. Y además el Gobierno del Distrito Federal les regaló otras… así como se oye.
Pero eso no acaba ahí, pues resulta que la señora Sandoval, la encargada de que los funcionarios se porten bien y no oculten nada, como que le dio amnesia y se le olvidó reportarlas en su declaración patrimonial a valor real y como que las puso más baratitas.
Según su declaración patrimonial, entre 2004 y 2013 el matrimonio compró 5 inmuebles que sumaron 9 millones 255 mil pesos, sin embargo, los tabuladores de precios arrojan otros datos.
Pero el que desató la cloaca fue el periodista yucateco Carlos Loret de Mola quien en una investigación para LatinUs, reveló que en 2007, la familia ya tenía una casa en la delegación Coyoacán por la que pagó 4 millones de pesos, que ahora está valuada en unos 20 millones de pesos. Otra de las propiedades es un departamento de 126 metros cuadrados en la delegación Benito Juárez, por el que pagaron un millón 60 mil pesos y que ahora vale 5 millones de pesos. La casa de Tepoztlán se pagó en 2 millones de pesos y hoy vale 22 millones de pesos.
Y uno se pregunta y ¿quién pompó?