Benedicto XVI expresa su deseo de ir “pronto al cielo” y reencontrarse con sus amigos
Roma, Italia, 22 de octubre de 2021 (Agencias).- El Papa Emérito Benedicto XVI, que tiene 94 años, expresó que espera unirse pronto a sus amigos en el Cielo, en un mensaje de condolencia por la muerte de un sacerdote de la orden cisterciense.
En una carta con fecha 2 de octubre y publicada por Wilhering Abbey, en Austria, Benedicto XVI dijo que la muerte del P. Gerhard Winkler lo conmovió profundamente, informó CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI.
“La noticia del fallecimiento del Prof. Dr. Gerhard Winkler O. Cist., que se me ha transmitido, me ha afectado profundamente. Entre todos los colegas y amigos, él era el más cercano a mí. Su alegría y profunda fe siempre me atrajeron”, escribió Benedicto XVI, que fue Papa de 2005 a 2013.
“Ahora ha llegado al otro mundo, donde estoy seguro de que ya le esperan muchos amigos. Espero poder unirme a ellos pronto”, indicó.
El P. Bernhard Winkler nació en Wilhering, Alta Austria, cerca de la ciudad de Linz, en 1931. Entró en el monasterio cisterciense local en 1951, tomando el nombre religioso de Gerhard. Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1955 en Linz.
Después de obtener un doctorado en Teología en Viena en 1956, enseñó alemán e inglés. Obtuvo una maestría en inglés de la Universidad de Notre Dame, en Indiana.
En 1969 inició una carrera académica en Alemania, enseñando en Bochum y Friburgo.
Trabajó en estrecha colaboración con Joseph Ratzinger, el futuro Benedicto XVI, en la Universidad de Ratisbona, donde impartió clases de Historia de la Iglesia Medieval y Moderna de 1974 a 1983.
Ratzinger se había incorporado a la Universidad de Ratisbona en 1969 como profesor de Teología Dogmática e Historia del Dogma. Se desempeñó como vicepresidente de la universidad hasta 1977, cuando fue nombrado Arzobispo de Munich y Freising.
El P. Winkler fue profesor de Historia de la Iglesia en la Universidad de Salzburgo, Austria, desde 1983 hasta su jubilación en 1999.
Desde 2018, vivió en Linz en un hogar de ancianos dirigido por religiosas.
“Mientras tanto”, concluyó Benedicto XVI con su mensaje de condolencia, “me uno a él y a la comunidad monástica de Wilhering en oración”.