Francisco Torres Rivas inventa problemas y cortinas de humo para ocultar su fracaso como dirigente del PRI
-Critica los recortes federales y las medidas de austeridad para simular que se preocupa por el bien del estado
-Ya piden su cabeza en el PRI por su mal desempeño y recuerda su pasado corrupto y servil
Mérida, Yucatán, 29 de octubre de 2019.- Fracasado en su gestión como presidente estatal del PRI, involucrado en la quiebra del Isstey, relacionado en una oscura empresa que obtiene beneficios con préstamos a jubilados del gobierno estatal y ante un PRI dividido y sin futuro en la política local, Francisco Torres Rivas ve muy cerca su caída como dirigente estatal y busca crear problemas donde no existen para aparentar que tiene todo bajo control.
Servil funcionario en los gobiernos de Ivonne Ortega Pacheco y Rolando Zapata Bello, “Panchito” Torres, como es mejor conocido; pretende erigirse en defensor de los yucatecos cuando nunca se preocupó de ellos mientras su jefa Ivonne Ortega saqueaba al estado y dejaba una multimillonaria deuda que ha puesto en riesgo el futuro de miles de trabajadores estatales, a quienes les robaron sus ahorros de toda la vida.
Ahora, busca criticar los recortes presupuestales y las medidas de austeridad tomadas para sobrellevar la crisis, sobre todo después de que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador no le hiciera caso luego que durante su última gira se le acercar a rogarle que los ayudara porque ya no tenían dinero en su partido.
Torres Rivas, quien fue secretario de Obras Públicas en el gobierno de Ivonne Ortega, fue el responsable de licitar las obras inconclusas o en mal estado en las que se invirtieron más de170 millones de pesos del Banco Interamericano de Desarrollo. Fue un dinero tirado a la basura y encubierto durante el gobierno de Zapata Bello para proteger a sus amigos.
Además, “Panchito” ha sido exhibido públicamente de apropiarse, junto con otros políticos, de amplios lotes de tierras en Tetiz y de adquirir partes de un predio de Colonia Yucatán, en Mérida.
Su cuestionada llegada a la dirigencia estatal del PRI, mediante un proceso en el que se acusó de acarreo, padrón adulterado en el que votaron hasta personas muertas y que fue impugnado por los mismos priistas, no ha podido aglutinar de nuevo a su partido y ya suena voces que piden su salida.
Ante el evidente fracaso en su gestión y con miras a las elecciones de 2021, Torres Rivas busca crear cortinas de humo y problemas para simular que es un político preocupado. Es una estrategia que está usando el PRI y en ella participan funcionarios y legisladores que se pelean por la dirigencia estatal o futuros cargos de elección.