Las becas de trabajo a jóvenes, cubiertas de la corrupción de los delegados federales
-En Yucatán las quejas por la mala organización, la pésima atención y la falta de transparencia tienen un nombre: “Huacho” Díaz
-En el programa para los jóvenes se manejan más de 20 millones de pesos mensuales en total opacidad
-Casi 2 millones de pesos van a manos de Morena Yucatán a becarios que no existen
Mérida, Yucatán, 4 de septiembre de 2019.- El enojo de los pescadores yucatecos debido al pago de un apoyo federal con cheques sin fondos se une a las interminables quejas contra los programas federales que se aplican en Yucatán por ineficiencia, opacidad, actos corruptos y lucimiento personal por parte de su principal coordinador, el delegado federal Joaquín “Huacho” Díaz Mena.
Incluso, apenas hace unos días se hicieron públicas las quejas por corrupción y mal manejo del programa Jóvenes construyendo el futuro, uno de los más importantes entre los proyectos asistencialistas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y que tienen su origen en el pésimo trabajo que han hecho los llamados “súperdelegados” federales, que en Yucatán tiene nombre y apellido: “Huacho” Díaz Mena.
Las quejas van desde la mala atención, la desorganización, la desinformación y, sobre todo, la opacidad en los pagos, así como el cobro de cuotas por medio de la retención de una parte de la beca para no perder el apoyo. Otras irregularidades detectadas son el despido de empleados para contratar becarios y mucho ausentismo.
El programa capta a jóvenes de 18 a 29 años de edad para capacitarlos en el trabajo y a cambio el Gobierno de México les da una beca mensual de 3,600 pesos durante un año. Para ello deben acudir a empresas participantes que son las que los capacitan.
Sin embargo, se descubrió que muchas de esas empresas están coludidas con los funcionarios para quedarse con parte de la beca que corresponde a los jóvenes, pues les exigen que para no tener un mal reporte que les haga perder el apoyo, deben dar una parte al empleador. Dinero del cual también le toca una parte al funcionario encargado de la calificación.
En Yucatán, hasta abril se sabía que había 5,139 becarios vinculados con un centro de trabajo en Yucatán. Por estos jóvenes que reciben 3,600 pesos mensuales se erogan 18.500,400 pesos. Para este programa participan 1,346 empresas yucatecas.
Estas empresas son lo mismo de abarrotes, aseguradoras, academias, restaurantes, asociaciones, talleres, carpinterías, centros de estudio, cocinas económicas, comercializadoras, contratistas, consultoras, despachos, escuelas, estancias, farmacias, entre otras.
Otra irregularidad es que se ha dado de alta, como empresa o empleador, el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); sin embargo, salió a la luz que bajo el amparo del delegado federal “Huacho” Díaz, se dio de alta a 500 jóvenes que no existen. Lo que quiere decir que el pago por una cantidad de 1.800,000 pesos no se sabe en manos de quién queda.
Desde un principio, este programa, así como el de apoyos a personas mayores, personas con discapacidad y para estudiantes han estado plagados de irregularidades y fallas, pero sobre todo de oportunismo.
El delegado “Huacho” Díaz ha hecho de las jornadas para tramitar las becas una oportunidad para lucirse y hacerse propaganda, sin importarle que las personas acuden por varias horas para cubrir una necesidad y no para escuchar discursos en los que el delegado se deja ver como un benefactor que, además, aprovecha para elogiar a López Obrador y a Morena, al más puro estilo del viejo régimen.
Este proceder causa conflictos al interior de Morena, donde los llamados auténticos militantes, reprueban este proceder del delegado pues va en contra de los ideales del partido por el que han luchado desde el principio, cuando no tenían recursos ni estructura.
Este esquema de corrupción e ineficiencia se repite en todos los estados y siempre son los “súperdelegados” los responsables del desorden que impera y que divide a las militancias por el abuso de poder que están ejerciendo, pues tratan de ser los jefes políticos e influir en el actuar del partido y de sus legisladores.
Esta situación, señalan que será abordada en las próximas asambleas que se realizarán con motivo de los cambios de directivas estatales y la nacional y donde saldrán a flote los descontentos, el olvido en los que tienen a los militantes, pero sobre todo en la lucha por el control del partido con miras a las elecciones de 2021.